Colores tangibles

Como el oscuro y frío viento que envuelve a los cuerpos en tiempos donde el sol no calienta, en tiempos donde las personas faltan, como la cima más alta que tanto intentaste pero no conseguiste alcanzar, como el campo que no crece a falta de semillas, como el animal que llora al verse entre cuatro paredes, como el príncipe y la princesa soñados pero no existentes. Como el amor cuando daña, como una flor cuando se marchita. Pronto cambian las cosas de blanco a negro, pero gran importancia tiene el saber que entre ambos extremos hay mil estados hasta conseguir el contrario. El problema universal es que no se ve, no se siente, el cambio se va dando tan gradualmente que ni el aire es capaz de ver el aumento de su ritmo y darse cuenta que perdió su fluidez el agua. Si cosa tan natural no se da cuenta como darnos cuenta las personas de semejante cambio. Nos preguntamos el porqué de las cosas cuando tenemos delante la respuesta, nosotros. Nosotros somos los únicos producentes del cambio, de ese salto del blanco al negro, del negro al blanco. No hay más, tú eliges el darte o no cuenta. Si de verdad sientes y quieres tendrás esa sensación de que algo pasa, de que algo está cambiando y si no eres tú, será el color de la situación, será tu compañero, tu ambiente alterado por agentes externos... Si es así hay que mejorar y si pudiste conseguirlo, porqué no poder cambiarlo. Mira con detenimiento que sucede en cada momento, y no busques respuestas. Porque la única respuesta de nuestra vida somos nosotros. Cuando el blanco falla, el negro alerta.

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