Torres y batallas en tiempos de amor

Una vez más aquí, una vez más intentando describir cómo me siento, cómo es el momento en el que me encuentro, una vez más contándoos cosas de poco interés pero tal vez de mucho sentimiento.
Hoy es uno de esos días en los que ni una misma se encuentra... No sabría por donde empezar la verdad, podría definirme como derrotada, cansada o simplemente con ganas de encontrar algo diferente, algo nuevo.
A veces pienso que nada ni nadie de lo que ahora hay a mi alrededor merece la pena ni yo misma, me miro al espejo y las posibilidades de seguir adelante, los motivos por los que luchar por los que seguir me fallan, van decayendo poco a poco. Son como pequeñas torres que acaban derrotadas en una gran batalla, y dejan a la única que ha sobrevivido sola, y todas saben que por mucho que haya superado la guerra, las tempestades que vendrán sin ellas, sin su apoyo no serán lo mismo, sino más complicadas. Pero bueno dicen que así es como una se hace fuerte no? Estoy segura de que tarde o temprano saldrá adelante. Quizá llegue esa persona que aparezca en el sitio más inesperado pero con la llave adecuada, esa que esconda la respuesta, la solución para abrir todas sus ventanas, incluso aquella que se quedó cerrada a causa de las malas pasadas, a causa de las balas que un día cayeron sobre ella y jodieron su cerradura manteniéndola cerrada pasase lo que pasase y consiga sustituir el apoyo que estas le daban. Ojalá llegue esa persona que le haga ver que existe la victoria después de tantas derrotas, que le prometa un a tu lado pero esta vez sea verdadero, que le haga sentirse fuerte, que le haga ver que ahora el tiempo de batallas no será a base de guerras sino de besos. Porque como decía la torre nada puede salir mal cuando la compañía no puede ser mejor. Mientras tanto fingirá como siempre que esa incómoda postura le agrada, que eso de estar rodeada pero no protegida, funciona y que lo de ser la primera en todo siempre trae consecuencias buenas.
@Annaagv13

Un nuevo año que sumar.

Querida mamá:
 Estoy aquí para ser la primera persona en darte la enhorabuena por ser como eres, por no cambiar tu forma de ser, por estar un nuevo año aquí a mi lado celebrando ese día en el que no hace mucho tú apareciste en este mundo y poco a poco, te fuiste adaptando a él haciéndonos a los demás sonreír con tus risas irónicas, sufrir en tus días grises, o llorar en los días en que veíamos que tú no eras tú, en los que veíamos que los problemas acababan con tu paciencia y tus ganas de luchar, porque sabéis? Duele mucho ver a una persona tan fuerte como ella, sentirse derrotada. Y estás avisada por mí y por todos los que te quieren de que como te volvamos a ver así nuestra reacción traerá consecuencias.
Este año como todos los que he vivido a tu lado, ha sido fantástico. Darte gracias por cada momento bueno y también malo a tu lado, porque sé que si me faltaras algún día echaría de menos hasta los días más malos contigo, esos días en los que el enfado nos duraba todo el día (porque nunca nos ha durado más de uno)
Gracias por los consejos que me das, por ponerle o al menos intentar buscar solución a todos mis problemas, por estar ahí en las buenas y malas, gracias por haberme hecho feliz desde el primer día que me cogiste entre tus brazos, por calmarme en las noches de angustia oyendo el latido de tu corazón, gracias por esas cosas que no se pueden contar, por la paciencia, por el cariño cuando todo iba mal. Gracias.
Aunque tú ya lo sepas, y sino lo sabes lo tendrías que saber de sobras te quiero más que a nada en este universo y te juro y perjuro que nada ni nadie se interpondrá en esta relación por mucho que lo intente, porque desde hace ya cinco años nos convertimos en una pequeña pero gran familia, y esta unión durará para siempre.
Te quiero mamá.
         


                          FELIZ DÍA DE CUMPLEAÑOS
                   A LA MEJOR MADRE
                            DEL MUNDO
                               ENTERO                           




                 

The rhythm of life

Fue justo ahí, no estaba sola pero sí lo sentía. Estaba sentada en el final de aquella calle, veía como la gente pasaba.Unos más rápido, otros angustiados, luego estaban esos perezosos que nunca aceleran por mucho que lleguen tarde y los arrogantes con el cuello erguido. No esperaba a nadie, pero quizá alguien me estuviese esperando a mí. Me gusta pensar que hay algún extraño, que espera mi llegada, que queda aquel que piensa que soy especial porque yo ya no lo siento. Esta vez ya no habrá contratos de por medio, no habrá mañanas, no habrá promesas donde el miedo nos sirva de obstáculo para no cumplirlas. He tardado en darme cuenta, pero de nada sirve esto sino existen versos donde pongan que la felicidad ya no habrá que pedirla como deseo. La gente pasaba a mi alrededor, esta vez no me fijé en cómo ni de qué manera hablaban. Me fijé en sus pasos, en su caminar. Todos seguimos un ritmo de vida, unos pasos, esos que nos llevan a donde se supone que elegimos, pero no siempre queremos llegar. Hay personas fuertes y fijas, y por mucho que entre un nuevo ritmo, el suyo no se cambiará jamás. Ojalá todos pudiéramos ser así, pero esta es solo la minoría. En cambio, vi personas de esas a las que pertenezco por desgracia. Son flexibles e inseguras, cambian el ritmo de su vida y lo hacen acorde a cada nuevo sonido que entra, y eso no funciona. Tú, eres tú y por mucho que entren, salgan o permanezcan para siempre determinados sonidos el importante y el que determina tu futuro es el tuyo, el que tú eligas por ti mismo, y no el que determinen los demás con sus pasos. A veces puede funcionar, quizá te acerquen, quizá hagan más próxima la meta pero ¿qué harás cuando sus pasos falten, cuando ya no sean esos los que te guíen? Solo te quedarán dos opciones: esperar la llegada de un nuevo ritmo o ser tú, aunque te sea complicado. Entiendo que tú no habrás aprendido a andar sola, que tendrás que aprender de cero, buscar formas para acelerar y desacelerar tu ritmo para conseguir llegar a ese meta que tanto llevabas esperando .Te costará. Por eso, no te aferres a los ideales de los demás, no sigas su ritmo, recuerda quien eras cuando no llevabas guía, cuando tus pasos eran propios. Deja que te llamen loca por no andar con cuidado, por caer en trampas del destino, por jugar con quien no debías pero no por cambiar tu ritmo constantemente porque eso resultará un problema cuando ya no hayan ritmos que te sirvan y te hayas perdido entre tantos sonidos, dejando el más importante bajo aquella capa que escondes. Te perderás, te perdiste desde aquel momento en que empezaste a acelerar tu ritmo por el suyo, y no te encontrarás, si no te buscas con tus pasos.

A tí.

Como viento cuando mueve las hojas, como gotas que caen en los días de lluvia, así fue como tú llegaste a mi vida sin quererlo, sin esperarlo. Aceleraste a mí corazón.
Como en las películas cuando todo se paraliza tú me miraste, haciéndome sentir como si nada más existiese. Fue en ese instante cuando creí conocer por primera vez a la razón del sentido de la vista.
Tu sonrisa fue la culpable de que yo me volviera adicta ese día 13, abrió mi corazón sin que nadie más pudiese tocarlo. Parece extraño pero desde aquel primer mes a tu lado por fin comprobé la complejidad escondida de los abrazos, de lo difícil que era que dos personas encajasen en uno de ellos como nosotros.
Tal vez no os lo creáis, pero hasta los puzzles envidiaban nuestra complejidad.
Te estoy escribiendo a tí, no sé muy bien el por que, pero sé que como siempre es tarde. Te escribo a tí porque me matas cada vez que creo haberte encontrado, porque te anhelo nada más soltarte, porque jamás sería capaz de escribir sino fueras tú quien me leyera, a tí.
Llámame locura, bipolaridad o desatalentada por quererte a una edad tan temprana, pero esta noche daría mi vida por conocer algo más de la tuya.
Me encantas en todas tus formas, en todos tus formatos de voz, y en todo momento. Me encanta eso de verte sonreír por tonterías, de escuchar tu apoyo en días de bajones, eso de que las sábanas sean nuestro refugio en días de lluvia. Me encanta despertar antes que tú y observar tus imperfecciones tan perfectas durante horas, hasta que despiertas y con tu mano te limpias tus ojos. Como si no me hubieran enamorado ya esas legañas, como si no me hubiera enamorado ya de esas ojeras mañaneras.  Y es que los despertares no tendrían sentido sino fuera contigo con quien despertara.
Sé que no te miro igual que al resto de la gente, a ti te miro de un modo diferente, distinto. No se muy bien como definirlo, así que esta parte la dejaré en el aire.
Sabes que pasaría años rozando tus labios, que no soportaría verte llorar pero que aun así esa belleza que tienes no desaparecería nunca.
Tengo miedo de que esto sea como la típica historia que termina con lo de yo sin tí, tú sin mí y ambos perdidos, de que esto se rompa y estas palabras se hagan realidad. Una vez me dijeron que cuando me llegara el amor me dolería, de que no era tan sencillo ni tan bueno como lo pintaban, lo compararon con ese piti que te fumas cada noche, me dijeron que el amor era así, que si no lo aprovechabas rápido se esfumaría, que si lo dejabas un tiempo solo se acabaría quemando entero. Pero algo me hizo creer cuando te ví, que eso no eran más que mentiras para asustarme. Tuve la sensación de que esto sería diferente, ahora lo único que quiero es susurrarte muy bajito que no es que no quiera estar contigo, es que no me imagino no estándolo.
¡Maldito el día que probé tus labios!
Lo sabes de sobra pero por si acaso se me olvida te quiero.
Te delataré todos aquellos te quieros que pensé pero no llegaron a convertirse en palabras.
Te quiero en Octubre, cuando cumplo un año más a tu lado. En los meses de invierno, cuando los abrazos se convierten en necesidad.
Te quiero en todos los tiempos y formas verbales, de principio a fin, y de fin y al cabo.
Te quiero en la primera mirada profunda que nos lanzamos y en la vez que casi nos estrellamos, en tus enfados y en tus promesas.
Te quiero cuando callas y simplemente me miras, cuando hablas sin parar y casi ni respiras.
Te quiero como nunca nadie antes lo había conseguido.

Equilibrio, quizás sea esa la palabra.

Poder disfrutar de la vida quizás sea lo que mas necesite en este momento, perderme entre imágenes entre esos recortes de vida que quedan plasmados en papel, revivir aquellas oportunidades que no pude cumplir, hacer cosas a las que no estoy a costumbrada hacer. Para perderme otra vez y poder reencontrarme conmigo misma de nuevo, porque hay algo que esta fallando tal vez sean influencias, nervios, o simplemente mi yo interno el que dice que empieza una nueva etapa. Puede que no entendáis nada, que suene raro esto que digo pero todos tenemos esos momentos de la vida en los que los únicos que son capaces de entendernos somos nosotros mismos. No sé porque me he puesto a escribir, la verdad es que no hay motivo alguno solo la falta de ganas de irme a la cama. Quiero conseguir ese algo, quiero encontrar a ese alguien,  esa forma que me haga evadirme de la realidad, que me haga sentir única, que me agarre y no me suelte nunca, que confíe en mi sin motivos, que no busque un porque ni un como sino que ponga él, el donde y el cuando. Mucha gente cree que soy la rubia más loca del universo, si me caracterizo por algo es por hacer cosas raras sin sentido alguno, me gusta hacerlo. Así de una forma u otra hago sonreír a los que me rodean y eso, me hace sonreír a mí. Muchas veces pienso en que espero yo de la vida, y que espera la vida de mi igual soy yo la equivocada, la que no sabe jugar el papel que le ha tocado vivir o quizá sea ella la que día a día me lo va poniendo mas difícil. Sea lo que sea en algún momento tendré que encontrar el equilibrio, el estar bien y ser capaz de superar todo lo que venga.
¿Os ha pasado alguna vez eso de estar hablando con alguien y sentir que os habéis evadido totalmente de la conversación? Sí, que estás como en otro planeta, afirmas todo lo que "oyes" pero en verdad, solo escuchas una especie de murmullo de fondo, que poco a poco es superado por el volumen de tus pensamientos. Esta mañana me desperté así, en el desayuno me colgué en otra realidad. Busqué más allá de mí, más allá de mi ruido interno, de mis pensamientos. Más allá de la vida.
Me adentré en mi ser, en ese "yo profundo" que todos escondemos para encontrarme conmigo misma. Salí a la calle, recorrí la ciudad en busca de nuevas respuestas, de nuevas esperanzas.
¿Sabéis? Así, no conseguí gran cosa. Obviamente, de un día para otro las personas no cambian, y sus realidades tampoco. Pero aprendí una gran cosa: Aprendí a dejar de creer lo que los demás me hacían creer que era; Desde ese momento comprendí aquella frase que un día tuve la oportunidad de escuchar: No es cómo te vean los demás, sino dónde te pones tú los límites.