LOVELESS

Mientras callaba pensando en decir algo pasaban por su mente millones de palabras pero ninguna veía suficiente como para expresarla.
No sé si era incapacidad lo que sentía o simplicidad en sus palabras, o quizá simplemente miedo a la reacción del receptor que tenía delante. Era increíble verle, aunque no dijera nada sus ojos, todas y cada una de esas expresiones que cambiaba por momentos expresaban lo que quería decir.
Es una pena que ella no pudiera recibirlo.
Sus manos temblaban personificando la ansiedad, sus ojos pestañeaban de forma seguida con apenas segundos entre cada pestañeo pero cada vez más lagrimas en ellos, sus piernas estaban inquietas, se entrecruzaban y agitaban de forma constante la silla, provocando aquel sonido que ella no podía soportar.
Qué pena que ella no entendiera, no viera que le estaba dando la respuesta más sincera en todos sus actos. A veces no vemos que realmente lo importante no son las palabras sino el cómo nos expresamos, la forma en que miras, te encoges o incluso la distancia que mantienes con la persona a la que te diriges. Todo influye.
Pero no importa si no lo ves, en este mundo casi nadie lo ve. Si encuentras una persona que sepa lo que te pasa sin decirle nada, quédate con ella, y no lo llames intuición.
Atención es el concepto.

Tú eliges

Intento buscar razón al pensamiento. Encontrar una respuesta al espacio en el que habito abriendo mi camino, siguiendo los pasos que da la gente alrededor de tan lúcidos edificios. Sé que ellos también se preguntan el cómo dónde y cuándo sucedió ese punto de inflexión que hizo cambiar su vida. Aquel día en qué encontraste trabajo, en el que te aficionaste a algo, cuando te cruzaste por primera vez con alguien que marcó tu vida, el día en el que superaste tus expectativas... Todo lo que digo es bonito recordarlo. No obstante, existe el punto de inflexión que no te lleva al máximo sino a su opuesto. 
En contraposición, también encontraremos en nuestra vida estos puntos: el día en el que se muera un ser querido, en el que nos despidan, nos desahucien, cuando nos descubran una terrible enfermedad y caigamos en picado...
Valora lo que tienes. No te rindas ante un no. Te hago saber que un no, es una palabra que quizá y sólo quizá sirva de antecedente del punto de inflexión que te lleve a tu mínimo. Preguntarás de qué depende ese quizá, te diré que como todo en esta vida, eso solo depende de tí y de la importancia que le des. Si decides rendirte ante un no, ya has decidido tu línea. Estás convirtiendo en no en sentimiento, en frustración, en algo más que una palabra que no te hubiera causado dolor. 
Por eso, acepta el no como aceptas a un sí y hazles saber a todos incluso a tí mismo, que eres tú quien dirige tu vida, quien decide si establecer o no un punto de inflexión en ella. 
Si hoy es no, quién te niega que mañana no sea un sí?