No es como empieza, sino como acaba.

Todo ha acabado, pero ¿sabéis? no hemos perdido la relación. Se podría decir que ambos nos seguimos queriendo, y que no quiere asentar una relación, pero me parecería mal echarle todas las culpas.
Siempre he pensado, que si el final no era bonito ni lo suficientemente creíble nada terminaría. Así que nuestra historia continúa. Por lo tanto, no hay porque lastimarse al respecto.
Lo único que importa ahora, es que él se de cuenta cada minuto de lo que le hago falta, de lo que nos necesitamos el uno a el otro y de que tal vez jamas volverá a sentir la sensación de estar a 3 metros sobre el cielo.
¿Os acordáis de aquellos cuentos de pricesas que nos hicieron creer que el principe estaba enamorado  y siempre pase lo que pase regresa con ella? Rara vez se cumple, y cuando se hace es por interés. Ninguno es tan bueno como parece ni tan malo como aparenta.
¿Y qué me decís de Romeo y Julieta? Nos enseñaron a morir por amor, a arriesgar, a perderlo todo por tal sentimiento que pocos pueden tener la suerte de experimentarlo realmente.
Eso sí, recuerda ninguno de ellos era una historia real.


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