No dejes nada para el final, si luego te vas a echar atrás.

Queridos lectores, queridas lectoras, queridas personas que ahora mismo leéis esto, hola. 

Pararos, sí.

Por un momento, párate a pensar todo lo que has hecho. Piensa en los pequeños detalles, en lo que has hecho mal, lo que has hecho bien, lo que te ha alegrado, o si se da el caso, lo que te ha fastidiado el día de hoy. También piensa, en todo lo que has hecho por los demás. No hace falta que sean del grado de salvar una vida ni nada por el estilo, simplemente con el hecho de prestar dinero para el bús, dejar un folio a un compañero o darle ese consejillo a tu amiga sobre que ponerse me vale. Tampoco, olvides mencionar las veces que hoy has hecho sonreír a alguien. Sabes? Creo que eso, es lo que más se puede agradecer, el que te saquen una sonrisa.
Bueno, no sé como habrá ido esta experiencia (si la has hecho) pero tendríamos que ver el lado positivo de las cosas que hacemos porque si las hacemos es por algo y si han salido más cosas malas que buenas, no te preocupes quizá las oportunidades sean únicas pero días, te puedo asegurar que sobran. Por mucho que sepamos que están mal, hay algo en nuestro interior, en ese tú, que te dice que pase lo que pase saldrá bien y sí, a veces nos arriesgamos y otras no .pero cuando lo hacemos no pensamos en las consecuencias y no estoy diciendo que siempre suelan ser malas, pero la mayoría de veces se nos hacen complicadas.
Me gustaría que tras esta pequeña experiencia, este ejercicio nos haya servido para mirar el mundo de otra forma. De una forma más concreta, quiero que miréis el mundo más de cerca , MÁS, tanto que lo borroso se vuelva nítido. Atrévete a dejar el físico, las apariencias y lo superficial a un lado porque cuantas veces nos han dicho eso de pruébalo que te va a gustar, y habeis respondido: ¡no que me da asco! basándoos en el aspecto, sin haberlo probado y luego os ha gustado?
 Mira únicamente en el interior, céntrate en los sentimientos que te provocan las cosas que haces.
Sal a la calle e imagina que vas con una venda en los ojos, habla con gente incluso con gente que no conozcas, entra a nuevos lugares, a nuevas tiendas. Haz cosas que nunca antes habías hecho por miedo o por desagrado, pero hazlas. Simplemente, te darás cuenta de lo fácil que es vivir mirando la vida desde ese punto, tal vez hables con gente que nunca hubieras hablado por miedo a su aspecto, por su apariencia de seriedad, por su gesto de enfado, o porque es un mendigo, o de otra raza distinta a la tuya (que no deberías discriminar), tal vez entres a lugares con otro tipo de gente diferente a la gente con la que sales y compruebes que no pasa nada por tomarte ahí un café por acercarte a ese tipo de gente desconocida para ti. Nadie muerde. Y bueno, lo mismo pasará con entrar a tiendas donde no es habitual tu visita ¿quién te dice a tí que no vayas a encontrar una camisa perfecta para esos pantalones mostaza que tienes sin usar?
Nada más que añadir al respecto por mi parte, solo eso: Si miras con una sonrisa al mundo, abierta a todo lo que venga, el mundo te devolverá la sonrisa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario