Feliz día a todas las supermamás

Siento ir con un día de retraso, a veces te surgen cosas que hacen que te olvides de lo más importante, y este es un caso de ellos. Este post, como supongo que imaginaréis, va dedicado a todas esas valientes que día a día sacan adelante a su familia, en especial a sus hijos.
Esto, va por vosotros mamás.

                                       
Antes incluso de que nos deis la vida, ya estáis cuidando de nosotros en vuestro vientre. Creo que cada hijo le debe tanto a su madre, que le podría recompensar hasta con una vida entera. Desde el momento en el que nacemos, se crea una complicidad madre-hijo que poco a poco se irá desarrollando con el paso del tiempo y creará lazos tan fuertes que las palabras sobraran cuando hablen las miradas.Cierto es, que no todas las relaciones madre-hijo son iguales, sé que hay relaciones difíciles, ya no solo por las discusiones sino por otros temas, que no me apetece tocar ahora. Hoy, me centraré en las buenas relaciones, en esas que incluso han alcanzado una relación de amigas.
¿Os habéis dado cuenta de ese brillo en los ojos con el que nos miran al tenernos por primera vez en sus manos? No se puede describir, creo que es imposible enumerar todas las emociones que te pasan por la cabeza en ese momento; imagino que será una mezcla de orgullo al ver la cosita tan maravillosa que has creado y que compartirá el resto de tu vida, alegría, felicidad, amor, ilusión, nervios, etc...
Conforme avanzan los años, crecemos, pasa la etapa en la que soís nuestras heroínas, la etapa de la tontería, de los juegos de puzles, cocinitas, de leer cuentos hasta que nos durmamos, de fingir que os habéis muerto si os disparamos, de darnos de comer, etc...
Y llega esa etapa, la dura, en la que cuando nos decís que no nosotros decimos que sí. Ahí, dejáis el papel de heroínas para convertiros en una especie de policía que ante nuestros ojos prohíbe todo lo que queremos hacer, es nuestra querida adolescencia. Llegan los momentos de las broncas, de los enfados, de algún que otro deslíz en las notas, de esas rebeldías, de oír eso de ¡Mamá, no me trates así que no soy un niño! o lo de: No te acerques cuando este con mis amigos, de no estar contestos con nada y pedir cada día una cosa, etc.. En fin, cosas que todos hemos hecho pero que en la siguiente etapa, cuando nos hacemos mayores, vemos como en el fondo no eran un policía sino nuestra protección diaria.
En la última etapa, la relación vuelve a mejorar, nos convertimos en amigos, aunque como he dicho antes excluimos ciertos casos. Por fin somos adultos, y podemos ayudarles tanto como ellas lo hicieron y lo hacen con nosotros. Tal vez aquí, nos toque cuidar nosotros de ellas, nos toque subir más la voz  o repetir las cosas mil veces porque no nos oigan (eso sí, sin necesidad de gritos), leer lo que pone en los sitios porque van perdiendo vista o  preparar la cena porque están cansadas del trabajo. Es poco lo que nos piden, para lo mucho que nos han dado ellas. Porque ellas nos han dado su vida entera, han renunciado a cosas que antes hacían por nosotros, nos han cuidado, protegido, ayudado y enseñado algo nuevo cada día de nuestras vidas, por eso cada vez que no te apetezca hacer algo por tu madre, piensa en todo lo que ella te ha dado. Creo que en días como este lo que ellas más agradecen es simplemente pasar el día con nosotros, no es necesaria la compra de regalos materiales, pudiéndole ofrecer un dia más a tu lado. Llévala a cenar, regálale una foto vuestra, una carta dándole gracias por todo, currate el regalo por un día, y no compres nada. Porque un beso y un te quiero, valen más que todo eso.
Gracias por todo mamás.
Comparto este vídeo, a mí me encantó personalmente, podéis ver cómo reaccionan las madres a las palabras con las que sus hijos las definen:
http://youtu.be/N9pSlZUxJ1E

No hay comentarios:

Publicar un comentario