Ingrata soledad

No soy feliz. No sé cómo soy ni sé si existe la felicidad. Quizás  ni siquiera La Haya experimentado. Es algo triste. Podría explicar lo que pasa por mi cabeza ahora mismo pero no se lo que saldría de aquí dentro. Me agobia la soledad, necesito estar junto a alguien cuando acabó mis quehaceres pero no encuentro a nadie adecuado, es confuso. No puedo dar si no me dan y me vuelvo arisca cuando no tengo. Es todo tan confuso.
 No conozco a nadie que haya conseguido salir ileso de una relación y es por eso que morimos queriendo acabando en cenizas. Resulta irónico que lo que te hace feliz te mate, pero es divertido. Quizá por eso si no te aferras a nadie no tienes porque morir viviendo. Son tantas cosas las que me vienen a la cabeza. Querer y no poder se repite en mi cabeza. 
Se aleja cada vez más lo que creía cercano y cuando se acerca lo único que siento es lejanía hacia ella. Me da pena sentir eso. Carecer de personas que todo el mundo tiene e incluso algunos desprecian. No valoran, nadie valora. 
Siento no tener tema de conversación más agradable que estas palabras llenas de oscuros sentímientos acogidos en un ser que ha explotado. Confío en el destino, vosotros? Este mal decrece si pienso que todo es cuestión de tiempo, que el destino nos recompensará por los sufrimientos...Pero todo tiene su lado oscuro y este malestar aumenta cuando pienso que quizá es merecido por mis malos actos, por las veces que he hecho daño a los que quiero... Vuelve a ser confuso. 
No tengo nada claro como podéis ver, sólo un cambio que busca respuesta a cuál. Perdón por el desorden y la incoherencia de estas frases, solo necesitaba sacarlas y que ese alguien del que carezco las escuchara.

No hay comentarios:

Publicar un comentario