NAUSEABUNDO

Volvi a caer como un pez atradapado en una red, sin escape alguno.
Caí al precipicio del abismo más recóndito donde nada ni nadie podía ayudarme a entender lo que en aquel momento me hizo convertirme en agua.
Fluía por un caudal escaso de felicidad y sentimientos, pero con abundantes problemas que actuaban como obstáculo en el curso.
Mientras mi cuerpo se fundía en aquel frío ámbito fluvial, mis recuerdos quedaban reducidos a anécdotas sin distinción alguna entre buenas y malas.
Faltaba poco para perder el poco aire que quedaba en mi interior... El hundimiento en aquel mar de problemas era rápido en contraposición a su lenta solución.
Por fin desperté...

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