I see the world doing all

Es verdad. Estamos hechos de todos los momentos que vivimos con las personas que nos han marcado. Es mentira. No estamos hecho del material de los sueños, sino que somos nosotros quienes les damos vida.  A veces a bien, aveces a mal y otras, ni se la damos.
Me pregunto quién habrá conseguido uno sin esfuerzo, sin esperarlo ni buscarlo. Me pregunto quién habrá conseguido un para siempre sin billete de vuelta, y quién será el que este leyendo esto ahora.
Hace unos meses me preguntaron si existían los imposibles. Yo les contesté que no, porque para mí era realidad lo que ellos veían como utopía. Así fue como descubrimos que los mejores sueños son los que se tienen despiertos. Pero como no, la vida se desploma cuando menos te lo esperas. Así, sin avisar, suena injusto pero solo es verdad. Nos damos cuenta de que lo de que los sueños son gratis es mentira. La realidad viene y te hace pagar algo a cambio, sin límite de tiempo.
Ojalá no tuviéramos miedo a nada, y fuera fácil acercarse a lo desconocido con naturalidad. Pero nos aferramos a lo nuestro, a lo conocido, a eso ámbito que siempre nos rodea y del cual lo conocemos todo.
Es verdad. Hay que ser valiente para ser capaz de adentrarse en un naufragio de lágrimas y salvar la sonrisa de una persona que no ve la posibilidad de rescate. Y le digas, mira no sé si irá todo bien, pero si te hundes lo haremos juntos. A partir de esa frase comenzará el principio del fin de su historia. Créeme te será difícil pero acabarás nadando a su ritmo, en el mar donde ella casi perdió su vida.

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