Equilibrio, quizás sea esa la palabra.

Poder disfrutar de la vida quizás sea lo que mas necesite en este momento, perderme entre imágenes entre esos recortes de vida que quedan plasmados en papel, revivir aquellas oportunidades que no pude cumplir, hacer cosas a las que no estoy a costumbrada hacer. Para perderme otra vez y poder reencontrarme conmigo misma de nuevo, porque hay algo que esta fallando tal vez sean influencias, nervios, o simplemente mi yo interno el que dice que empieza una nueva etapa. Puede que no entendáis nada, que suene raro esto que digo pero todos tenemos esos momentos de la vida en los que los únicos que son capaces de entendernos somos nosotros mismos. No sé porque me he puesto a escribir, la verdad es que no hay motivo alguno solo la falta de ganas de irme a la cama. Quiero conseguir ese algo, quiero encontrar a ese alguien,  esa forma que me haga evadirme de la realidad, que me haga sentir única, que me agarre y no me suelte nunca, que confíe en mi sin motivos, que no busque un porque ni un como sino que ponga él, el donde y el cuando. Mucha gente cree que soy la rubia más loca del universo, si me caracterizo por algo es por hacer cosas raras sin sentido alguno, me gusta hacerlo. Así de una forma u otra hago sonreír a los que me rodean y eso, me hace sonreír a mí. Muchas veces pienso en que espero yo de la vida, y que espera la vida de mi igual soy yo la equivocada, la que no sabe jugar el papel que le ha tocado vivir o quizá sea ella la que día a día me lo va poniendo mas difícil. Sea lo que sea en algún momento tendré que encontrar el equilibrio, el estar bien y ser capaz de superar todo lo que venga.
¿Os ha pasado alguna vez eso de estar hablando con alguien y sentir que os habéis evadido totalmente de la conversación? Sí, que estás como en otro planeta, afirmas todo lo que "oyes" pero en verdad, solo escuchas una especie de murmullo de fondo, que poco a poco es superado por el volumen de tus pensamientos. Esta mañana me desperté así, en el desayuno me colgué en otra realidad. Busqué más allá de mí, más allá de mi ruido interno, de mis pensamientos. Más allá de la vida.
Me adentré en mi ser, en ese "yo profundo" que todos escondemos para encontrarme conmigo misma. Salí a la calle, recorrí la ciudad en busca de nuevas respuestas, de nuevas esperanzas.
¿Sabéis? Así, no conseguí gran cosa. Obviamente, de un día para otro las personas no cambian, y sus realidades tampoco. Pero aprendí una gran cosa: Aprendí a dejar de creer lo que los demás me hacían creer que era; Desde ese momento comprendí aquella frase que un día tuve la oportunidad de escuchar: No es cómo te vean los demás, sino dónde te pones tú los límites.

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